sábado, 19 de marzo de 2011

Últimos acontecimientos de la ola de protestas en Medio Oriente y el Magreb

Estos son los últimos acontecimientos, ocurridos el sábado, en Medio Oriente y el Magreb, donde una ola de protestas sociales y políticas sin precedentes es en ocasiones reprimida por regímenes autoritarios.
LIBIA - La coalición internacional, con la participación de fuerzas franceses, británicas y estadounidenses, lanzó una operación por mar y aire en Libia, donde tiene lugar una insurrección reprimida violentamente desde hace más de un mes por el régimen autoritario del coronel Muamar Gadafi.
Las tropas fieles a Gadafi bombardearon a partir de la madrugada la ciudad de Bengasi, uno de los últimos bastiones de la oposición.
Según los insurgentes, la artillería y los tanques de las fuerzas leales a Gadafi dispararon contra los barrios del oeste, y algunos de los obuses cayeron en el centro de la ciudad. Miles de personas escaparon.
En Trípoli, cientos de libios se congregaron en el cuartel general de Gadafi "en previsión de ataques franceses", según la televisión estatal.
Gadafi calificó los ataques de "injustificada agresión cruzada" contra la que "el pueblo libio luchará" y amenazó con atacar objetivos "civiles y militares" en el Mediterráneo.
Según un primer balance "provisional" del régimen libio, los bombardeos causaron la muerte de al menos 48 personas, "de las cuales 26 en Trípoli", y 150 heridos.
YEMEN - Manifestantes juraron el sábado en Saná continuar su lucha contra el presidente Alí Abdalá Saleh, tratado de "carnicero" después de la represión que dejó al menos 52 muertos el viernes en la capital.
El embajador de Yemen en Beirut, Feisal Amin Aburras, y el jefe de la redacción de la agencia oficial SABA, Naser Taha Mustafá, renunciaron, y miles de docentes se unieron a los manifestantes.
SIRIA - Decenas de manifestantes fueron arrestados y varios más heridos el sábado por las fuerzas de seguridad en Deraa, según militantes de los derechos humanos, un día después de una manifestación en esta ciudad del sur de Siria que dejó al menos cuatro muertos.
En Siria, donde la ley de urgencia está vigente desde 1963, tienen lugar manifestaciones desde el 15 de marzo, respondiendo a una página Facebook pidiendo más libertades.
BAHREIN - El rey Hamad ben Issa Al Jalifa reiteró que está dispuesto al diálogo ante el escepticismo de la oposición, y Estados Unidos, su poderoso aliado, lo exhortó a dejar de utilizar la violencia contra los manifestantes.
Los restos de un manifestante desaparecido en los enfrentamientos el miércoles fueron encontrados el sábado en la morgue, según su familia. Al menos 12 manifestantes murieron desde el comienzo de la contestación, a mediados de febrero.
IRAK - Varios miles de personas manifestaron en Irak luego de la convocatoria de los partidos religiosos para condenar la represión del movimiento de contestación en Bahréin, dominado por los chiitas.
ARGELIA - El presidente argelino Abdelaziz Buteflika se comprometió a abrir una "nueva etapa en la vía de las reformas globales", incluyendo políticas, en una respuesta a las manifestaciones que tienen lugar en el país pidiendo un cambio de régimen.
EGIPTO - Los egipcios participaron masivamente en un referéndum constitucional, la primera consulta después de la caída del presidente Hosni Mubarak durante la cual el opositor Mohamed ElBaradei fue atacado a pedradas.
MARRUECOS - En Marruecos tendrá lugar el domingo una nueva jornada de manifestaciones exigiendo cambios democráticos. Se trata de una prueba importante para el gobierno, pocos días después del discurso del rey Mohamed VI anunciando profundas reformas políticas.

jueves, 10 de marzo de 2011

Parte del mundo árabe está viviendo una epidemia de demanda de democracia. Ahora Mubarak ha dejado el poder. Implica su salida un cambio en el juego de poder de la región. Se habla de revolución y libertad, pero, ¿pueden la democracia y la independencia consolidarse? Como dijo un filósofo en estos días, “no podemos dar el futuro por descontado”. ¿Cuál es su esperanza personal?
Lo que ha venido pasando, incluyendo la salida de Mubarak, es espectacular y no puedo recordar nada parecido. Se le compara a estos eventos con lo que sucedió en 1989 en Europa del Este, pero no hay comparación. Por una razón. Allá hubo un Gorbachov que manejo la situación para que el sistema se mantuviera en pie. Y los poderes de Occidente lo ayudaron y apoyaron. En el caso de Europa del Este también las potencias occidentales apoyaron a los manifestantes, en el norte de África ningún poder de Occidente ha apoyado las protestas. Así que la única comparación posible es con Rumania, donde Ceaucescu, el más horrible de los dictadores, quien gozaba del cariño y protección de Estados Unidos y Gran Bretaña, que lo apoyaron casi hasta el final.
Lo que ha sucedido en Túnez, Jordania, Yemen y Egipto, muestra un nivel de valentía y determinación al que es difícil encontrarle situaciones análogas. En Túnez el sistema estaba relativamente bajo control de Francia, con espías franceses infiltrados por doquier. Egipto, en cambio, ha estado bajo control de Estados Unidos. De modo que su situación afecta directamente los intereses de Washington. Esto no es nada nuevo, por supuesto.El principio de esta lógica es que en tanto la población permanezca pasiva, intimidada y distraída, podemos hacer los que nos dé la gana. Y esa lógica prevalece justo hasta este momento. Así que por ejemplo, pensemos en la filtraciones de Wikileaks en las cuales el gobierno árabe aparece apoyando a Estados Unidos en relación con Irán. Bueno, investigando la prensa no pude encontrar -y creo que nadie más podrá hacerlo- una sola información de lo que piensa la opinión pública árabe.
Por eso, la situación actual de Egipto y el mundo árabe, representa un problema. Lo que tradicionalmente ha sucedido en el punto en el que estaban las cosas antes de la salida de Mubarak es una estrategia rutinaria que ha pasado una y otra vez: Marcos en Filipinas, Duvalier en Haiti, Suharto en Indonesia. Es decir, llega un momento en el que ya no puedes apoyar a tu dictador favorito y entonces tienes que hacerlo a un lado, llamar a una transición “ordenada”, expresar tu amor por la democracia y tratar de restaurar el viejo status quo lo más rápido posible. Eso es lo que ha venido pasando en Egipto, aunque no sabemos si está funcionando o no.
Pero hay un evidente conflicto entre las masas de manifestantes que se quedaron en la calle pidiendo democracia ya y esa estrategia de restauración del control. Son aspiraciones contrapuestas. ¿Cuál es son las posibilidades de una democracia real?
Los poderes que vigilan ese proceso no quieren democracia real. Estados Unidos y Europa están aterrados con la democracia, porque la democracia puede llevar a la independencia. Se habla de islamismo radical, pero eso no tiene ningún sentido. Estados Unidos y Gran Bretaña, por ejemplo, han apoyado tradicionalmente al extremismo islámico en detrimento del nacionalismo secular. Arabia Saudita el estado islámico más extremo y fundamentalista, es su más cercano aliado, además también de ser el centro ideológico del terrorismo islámico. Sin embargo, es nuestro más estrecho aliado porque Obama les está vendiendo armas por 60 mil millones de dólares.
En Pakistán, que es la otra gran fuente de terrorismo islámico, Estados Unidos se ha comprometido por años con la islamización del país. La presidencia Ronald Reagan, a quien todos celebran ahora, coincidió con la dictadura de Mohamed Zia-ul-Haq -la peor en una serie de atroces regímenes- que estaba desarrollando armas nucleares. El gobierno se hizo el desentendido para seguir dándole apoyo a la islamización radical que establecía las madrazas, con fondos saudíes, donde no enseñaba nada pero se hacía que los estudiantes aprendieran de memoria el Corán y la yihad. Eso ha permitido que hace poco jóvenes abogados aplaudan y celebren a los asesinos de Salman Taseer, gobernador de la provincia de Punjab.
Esos son los mismos abogados -islamistas radicales- que se formaron en las madrazas de Reagan-Zia-ul-Haq. Las relaciones entre Israel y Estados Unidos, que se consolidaron en 1967, obedecen a un patrón semejante. ¿Qué pasaba ese año? Un conflicto esencial entre el islamismo radical, representado por Arabia Saudita, y el nacionalismo secular, bajo Gammal Abdel Nasser. Estados Unidos apoyó otra vez al islamismo radical destruyendo el nacionalismo radical. Eso contribuyo a establecer las relaciones actuales de Israel en la región. Así que el islamismo radical no es el problema. El problema de fondo se llama independencia. Por ejemplo, en América Latina, Estados Unidos libró una amarga guerra contra la iglesia católica. Otra vez el problema de fondo era el control. Por eso, yendo otra vez al mundo árabe, Estados Unidos y Europa están preocupados con la democracia. La única elección realmente libre fue la de Palestina, transparente y supervisada por todos los ángulos.
Como el resultado no favorecía los intereses tradicionales, Estados Unidos, con apoyo europeo, inmediatamente se volvió a castigar a los palestinos. Amamos la democracia, pero solo cuando está del lado que queremos. Es demasiado obvio. En Egipto y el resto del noráfrica, eso puede pasar, así que están tratando de bloquearla mediante maniobras para restablecer el statu quo. A eso llaman una transición ordenada. Y no es solo una cuestión de votos, sino de toda una estructura socio-económica.
Egipto ha atravesado un periodo neo-liberal con las consecuencias acostumbradas: empobrecimiento de la población con el crecimiento de sectores privilegiados de extrema abundancia, incluyendo la clase política, los altos grados del ejército y los sectores financieros y corporativos. Eso lo ves también en América Latina, porque ese es el modelo neoliberal. Aunque la población no esté sufriendo la pobreza de África Central o el interior de la India, su situación es muy mala. Pero los garantes del statu quo deben asegurarse de que ese orden se mantenga.
La táctica de estos días había sido hacer que la población se cansara y desistiera. La mayoría de los manifestantes son gente pobre que vive del día a día y necesita llevar comida a sus mesas. Pues se buscaba cansarlos, pues en algún momento el hambre y la necesidad los llevaría de vuelta adonde estaban, a su horrible normalidad. Sin embargo, ahora no está nada claro esta vez que esos poderes puedan mantener el control de la población. La estrategia que puede funcionar ahora es que el ejército egipcio trate de restablecer el orden con un apoyo mayoritario de la gente.